Guachimontones, las pirámides más raras del mundo.
Guachimontones
Estas espectaculares ruinas fueron descubiertas en 1970 por Phil Weigand y su esposa Acelia García, el sorprendente descubrimiento de una cultura nunca antes registrada abrió un nuevo capítulo de investigación y miles de preguntas despertaron la curiosidad de los investigadores. Debido a la cercanía con el pueblo de Teuchitlán Weigand y Acelia García denominaron a esta cultura La Tradición Teuchitlán.
Ahora son consideradas las pirámides más raras del mundo, por Discovery Channel.
Sabemos muy poco sobre esta cultura, desde su descubrimiento en 1970 se demoró 26 años (hasta 1996) para al fin dar inicio a la recuperación de estas majestuosas y también enigmáticas estructuras arquitectónicas únicas en su estilo. Se ha encontrado huella que evidencian la existencia de un poste central que era usado en la práctica del ritual del volador.
Imagen 2- El mural de Jorge Monroy donde se observa la práctica del ritual del volador, se encuentra en el Centro de Interpretativo Guachimontones Phil Weigand.
Imagen 3- Es el guachimontón más grande de todos, mejor conocido como “El gran Guachi”, es el más deteriorado y también el menos explorado por falta de presupuesto.
Se cree que la arquitectura usada en la construcción de estas pirámides ayudaba a la cultura a la comunicación con sus dioses, estos antiguos centros ceremoniales y asentamientos indígenas demuestran la existencia de sociedades muy complejas de las cuales hoy en día conocemos muy poco.
Imagen 4- Fotografía de la pirámide “La iguana”, es la segunda pirámide más grande en las ruinas.
Aunque no se sabe exactamente por qué los habitantes de Teuchitlán le llaman así. La Iguana es la segunda pirámide más grande después de “El gran Guachi”, aunque también existe todavía un altar más pequeño denominada “El Azquelite”, solo cuenta con 4 escalones. Obsérvese la imagen 5.
Imagen 5- Fotografía del altar más pequeño en las ruinas de Teuchitlán, mejor conocido como “El Azquelite”.
Obsidiana
La actividad volcánica en los alrededores hizo posible a esta civilización obtener abundante obsidiana. Este mineraloide se forma cuando la lava se enfría rápidamente. Se considera que este vidrio volcánico fue un punto clave en el desarrollo de esta compleja sociedad prehispánica y de otras culturas antiguas. Su facilidad de trabajo permitió a esta civilización crear herramientas, joyería y espejos de obsidiana.
Imagen 6- Puntas de flecha de obsidiana
Centro Interpretativo Guachimontones “Phil Weigand”
El museo interpretativo tiene murales y maquetas que ayudan al visitante a comprender más sobre la tradición Teuchitlán, además de exhibir con orgullo piezas de obsidiana que han sobrevivido por largos periodos de tiempo. No te arrepentirás de visitar Guachimontones, no te lo puedes perder.
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